¿Para qué participar?
Una significativa participación es un signo de una buena democracia, donde la ciudadanía y las organizaciones de la sociedad civil pueden entrar en el diálogo político y complementar el trabajo de los que han sido elegidos a través del proceso de democracia representativa. A pesar de la práctica aleatoria, la realidad muestra que muchas personas con riesgo de, o viviendo en la pobreza a menudo se paralizan ante el hecho de ejercer su derecho a participar como ciudadanía activa.
Esto deja mucho que desear en lo que se refiere a la puesta en práctica en todos los estados miembros de la Unión Europea y ambos actores, la sociedad civil y las autoridades públicas, tienen trabajo que hacer para crear unas condiciones adecuadas para una sólida asociación. Ante el reto de la actitud de las autoridades públicas cara a cara con la participación de los grupos excluidos, nosotros, como agentes de la sociedad civil, tenemos el deber de mirar nuestros propios hábitos y ver cómo implementar el proceso de participación dentro de la organización.
Las experiencias obtenidas por los miembros de EAPN a través de iniciativas locales, autonómicas, en línea con las obtenidas a nivel estatal y europeo, ponen de relieve los resultados y retos que ésta tiene por delante para potenciar la participación de las personas en situación de pobreza.
La participación social da la oportunidad de contribuir a los debates sociales a todo el mundo. Para las personas en situación de pobreza es clave para entender y cambiar la sociedad para tener todos, acceso a una vida digna. El proceso individual comienza en el barrio, en los grupos de la comunidad y en las iniciativas que afectan a realidades locales. Las personas en situación de pobreza quieren sentirse fuertes y decir su opinión en los discursos públicos, así como en la política, y en la toma de decisiones que afectan a sus vidas.